miércoles, 17 de agosto de 2011

La Alhambra de Granada (el encaje de una imagen).

La Alhambra de Granada es un monumento singular. Muy singular. Su estampa forma parte, seguramente, de cientos de  millones de fotografías y dibujos. Ya que es tan conocido podría uno pensar que ya está todo visto y hecho al respecto, pero no es así pues siempre se puede tener una visión diferente de lo que se ve y para eso bastan unos "garabatos". De hecho, en realidad, las vistas clásicas de la Alhambra ya son conocidas, pero desde las diferentes callejuelas del Albayzín, así como de la Antequeruela, o desde San Miguel, o desde otros muchos lugares, se pueden observar imágenes y encuadres fantásticos de este singular monumento, en conjunto o por partes.


Callejeando por el Albayzín, como hago siempre que puedo, me crucé con una vista de La Alhambra desde el Carril de San Agustín. Uno de tantísimos miradores recónditos que aportan su peculiar encuadre, como se puede ver en las imágenes y me decidí a garabatearlo con mis rotuladores tras meditarlo un poco (sigo siendo un aprendiz y tengo que planificar algo lo que quiero hacer). Aquí se puede ver el resultado.




Este dibujo me ha hecho meditar sobre el encaje de la imagen en el papel. Tengo que confesar (como haré más veces en este blog) que tuve que repetir el inicio del dibujo varias veces debido a que no era capaz de encajar entre la palmera y el ciprés la cantidad de torres y edificios que podía observar desde mi lugar de dibujo (un muro sobre un terreno abandonado), máxime dado que estaba utilizando un formato A5 (de lo que hablaré en alguna ocasión). Esta dificultad me forzó a utilizar un lápiz para poder efectuar un boceto que me permitiera comenzar a utilizar los rotuladores (desde ese momento siempre llevo un lápiz duro, 5H, para "organizar" un poco el dibujo). Así pués, logré darme cuenta que un pequeño fracaso puede dar lugar a un éxito, y creo que es lo que aprendí en esta ocasión.

No obstante, también me he dado cuenta de que no es preocupante si falta algo en el dibujo, pues el mismo es una síntesis de lo que vemos y, obviamente, en él siempre intentamos plasmar lo más significativo de lo que estamos viendo, dejando lo que no vemos relevante para bosquejarlo ligeramente o eliminarlo directamente. Al final lo que importa es que nuestro dibujo esté de acuerdo con nuestro deseo, con sus aciertos y sus errores.

Al final objetivo conseguido... No me refiero al dibujo, que resultó ser un placer hacerlo, sino al rato que eché, fijándome en cada detalle del paisaje y en la tranquilidad del lugar, sólo interrumpida por algún que otro taxi o algunos turistas que rebuscaban lo mismo que yo, vistas singulares y a la vez espectaculares.

Salu2.

3 comentarios:

  1. Buen artículo. Pues al final te salió muy buena composición.

    Desde que estoy "enganchado" a esta afición valoro más un dibujo que una fotografía. El dibujo hace recordar mucho mejor el momento y el motivo.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Hola errece, comparto contigo dudas, pensamientos y sentimientos tal y como los describes tanto en esta entrada como en la anterior. Felicidades por este arranque esperanzador de tu blog.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Santacenero y Ramón por vuestros alentadores comentarios. Intentaremos seguir en la línea comenzada.

    ResponderEliminar